Me dispongo a regalarte un poema,
A regalarte un momento de mi pensamiento
y disfrutarte entre dichos y silencios.
Me dispongo a escribir en rima
para robarte quizás una, y porque no, mil sonrisas.
A decirte en secreto
lo que vela la razón, lo que oculta el pudor.
Comienzo a escribir y a jugar con los signos
me dejo ir y de pronto me detengo
Quizás porque prefiero verte a los ojos para decirte lo que no escucho mientas escribo
Quizás porque temo no ver tus ojos al leerlo.
Hermoso poema. Dichoso aquel a quien esté dirigido.
ResponderEliminarDichoso aquel que se apropie de la palabras, que las sienta más allá de los nombres, de los títulos.
ResponderEliminarQuizás los poemas no tengan destinatario, mas que aquel que siente lo que el autor plasma entre puntos y comas.
¿Será esta la condición que los textos deben superar para perdurar en el tiempo, para ser leídos luego de que las manecillas se hayan mareado de tanto girar?