"Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará". J Cortázar.
Miro a los cielos cubiertos de nubes y no dejo de pensar en tus besos.
Siento tu ausencia haciendo mella en mi rutina.
Tu silencio me aturde. Tu lejanía me lastima.
Extraño la sonrisa que precede al beso. La caricia que esconde mil secretos.
Me pregunto a diario ¿Cual fue el error?
Y miro la pared que se levanta frente a mi.
Temo golpear la puerta por miedo a molestarte. Temo acercarme demasiado por miedo a espantarte.
Se que estas en algún lado en la distancia.
Pero no me permito salir a buscarte.
Respeto tu espacio y tu tiempo y dejo de lado mis ansias de volver a sentirte cerca.
Me repito y te repito
Aquí estoy ,para cuando decidas volver.
Aquí estoy, para cuando sientas la necesidad de mirarme, de hablarme.
Aquí estoy, para que recuerdes que elegiste el silencio al riesgo.
Aquí estoy y estaré.
Seguiré esperando y susurrando
Te extraño
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martes, 16 de octubre de 2012
Mi primer infantil..
En una ciudad muy lejana, llena de luces y música, vivía un
caricaturista que estaba encerrado en su oficina y que nunca salía a ver el sol.
Sus dibujos no eran como él esperaba y sin terminarlos los
arrugaba y los tiraba al tacho de basura.
Su sueño de toda la vida no parecía poder cumplirse. Él
necesitaba que sus dibujos fueran mágicos.
Una noche, muy cansado de tanto trabajar, se fue acostar,
dejando sobre el escritorio un dibujito sin terminar. A este lo había hecho con
una carita muy triste que mostraba como él se sentía.
El dibujito que dormía sobre el papel se despertó cuando una
estrella fugaz pasó por la ventana. Y se metió en la pieza del caricaturista.
Vio que estaba dormido y sobre él descansaba la nube con sus sueños. Se subió
por el borde de la cama y salto a la nube.
Encontró al caricaturista sentada solo en el pasto de una
plaza. Se acerco y se sentó junto a él.
-¿Por qué me dibujaste triste?, ¿Por qué no dejas que seamos
grandes dibujitos? –El caricaturista escucho una vocecita que venía del piso y
al bajar la mirada vio su dibujo sentado junto a él. -¿Por qué?
-Porque no soy bueno, porque ustedes no son buenos y no
puedo cumplir mi gran sueño. –estaba enojado y no quería explicarle a ese
dibujito el porque nunca terminaba de hacerlos.
-Pero no somos buenos porque vos no nos dejas serlo. Porque
no haces nada para que lo seamos. ¿Por qué no nos enseñas a crecer y ser
hermosos? –Dijo mirándolo con tristeza.
-Porque yo tampoco sé hacerlo. –confeso el caricaturista.
-Entonces aprendamos juntos –Le contesto el dibujito antes
de sonreír.
El caricaturista se despertó y corrió a su escritorio. Allí
encontró al dibujo que había hecho horas antes. Pero en lugar de estar
triste, sonreía y le guiñaba un ojo. Y de su boquita salía una frase
“Esforcémonos por aprender juntos a crecer y seamos mejores
día a día”
lunes, 8 de octubre de 2012
el comienzo de una historia
A llegado mi catalizador, la ausencia de la inspiración se ha visto interrumpida por palabras ajenas.
Ya no me siento tan sola frente al vacío impoluto de la pagina en blanco. La tinta a comenzado a discurrir entre puntos y comas, entre palabras que se quiebran en sus tildes.
No hay vuelta atrás, la historia a comenzado a escribirse y me siento acompañada por la soledad de los escribas.
Respiraciones profundas, caricias sobre el teclado, lagrimas frente a la identificación por lo escrito. Mi realidad y fantasía, tan mezcladas, tan una. La fina linea que las divide ya no sabe de donde aferrarse y así, se deja ir. No encuentro limite para mis palabras, mientras que mis acciones se ven cuartadas por tu silencio.
Hoja en blanco ya no existes.
Me tomo de la mano a mi musa y me dispongo a contar la historia de dos personajes que no conozco pero que la vida misma se encargara de presentármelas.
Mujeres dividas por la razón y la pasión, que temen ser felices una junto a la otra.
Ya no me siento tan sola frente al vacío impoluto de la pagina en blanco. La tinta a comenzado a discurrir entre puntos y comas, entre palabras que se quiebran en sus tildes.
No hay vuelta atrás, la historia a comenzado a escribirse y me siento acompañada por la soledad de los escribas.
Respiraciones profundas, caricias sobre el teclado, lagrimas frente a la identificación por lo escrito. Mi realidad y fantasía, tan mezcladas, tan una. La fina linea que las divide ya no sabe de donde aferrarse y así, se deja ir. No encuentro limite para mis palabras, mientras que mis acciones se ven cuartadas por tu silencio.
Hoja en blanco ya no existes.
Me tomo de la mano a mi musa y me dispongo a contar la historia de dos personajes que no conozco pero que la vida misma se encargara de presentármelas.
Mujeres dividas por la razón y la pasión, que temen ser felices una junto a la otra.
Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.
Julio Cortázar
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