Acariciar las curvas de tu cuerpo. Reposar en cada centímetro.
Tener tus senos en mis manos y guardarlos como se guarda a una rosa recién cortada, cuidando que ni un solo pétalo se desprende ella.
Besando con la ternura de un picaflor, con la sutileza de una gota de rocío.
Tenerlos entre mis labios y jugar con ellos, como las olas del mar juegan con la arena.
Amarte entre mis manos, dibujar poesía sobre tus sombras.
Abrazarte y conservarte junto a mi cuerpo, haciendo caso omiso del paso del tiempo.
Como no amar el arte de cuerpo, como no desearte en cada momento.
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