A quien corresponda:
Me dirijo a usted con el fin de dar a conocer mi opinión y mi postura
frente a esta situación que nos atañe a los hombres de hoy y de siempre.
El intercambio de parejas como experiencia sexual, lo denominado parejas Swingers.
Las mujeres con esa mentalidad retrograda impuesta por los cuentos de hadas y las
películas de Disney donde ellas son vistas como princesas a la espera de un único
príncipe capaz de subir a la torre mas alta del palacio mas lejano del reino; se niegan
rotundamente a esta experiencia del intercambio sin darse cuenta que al igual que sus
juguetes sexuales, individuales y egoístas, esta experiencia forma parte de la basta
cantidad de herramientas para la fantasía y acrecentamiento de la confianza en el otro.
Yo como hombre, las amo a todas pero a ninguna por igual, y les ofrezco mi fidelidad
y mi amor, siempre y cuando las libertades personales no se vean dañadas. En el
momento en donde se comienzan a plantear los reclamos de tiempo, de lugar, ese
momento en donde piden la presentación de la pareja a la sociedad, es allí, cuando, cual
prueba de amor, las invito a esta nueva actividad.
Es necesario que alguna diga que si, porque si no vas en pareja no te dejan entrar, pero
amen de esto, necesito ver en ella la confianza que implica intercambiar con otra u otro,
el amor físico que yo pueda ofrecerle, porque esto es algo muy importante que se deja
de lado, “amor no es coger”, y si yo voy a un lugar donde veré como otro hombre o
mujer tocan a la persona que amo, definitivamente dejo los sentimientos de lado, y solo
voy a buscar una buena noche de sexo.
Claramente no se puede hacer todos los días pero al menos una o dos veces por mes, es
meritorio utilizar esta herramienta para romper con la rutina del amor, toda esta cuestión
de despertarse con la misma persona al lado y hacer siempre las mismas cosas que al
final de cuentas terminan matando el fuego de la pareja.
Las mujeres no están sabiendo entender lo excitante y sorprende que puede ser ver la
persona amada en brazos de alguien que rara vez se sabe al nombre, no logran entender
lo mágico que es sentir nuevas manos recorrer sus cuerpos y la pasión que esto despierta
en mi al volverlas a ver sobre mi cama.
Sabiendo el riesgo que corro, de que ellas encuentren algo que les guste mas de lo que
yo les ofrezco, me enfrento al echo de caber que de los cuernos y de la muerte no se
salva nadie, y hago leña de este árbol al usarlo como juguete de mis propias fantasías.
Es así como dejo planteado mi punto de vista frente a este tema tan tabue, esperando se
entiendan las líneas que dejo aquí plasmadas, tanto para las mujeres que no conocen de
esta actividad como para los hombres que temen plantearla.
El intercambio de parejas es una herramienta para acrecentar el fuego del día a día, y
también un aviso de que la infidelidad puede aprovecharse para el bien propio.
Atte.
Rodrigo Guardia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario