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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Carta a favor del paro en el ISER


Hago llegar mi voz a aquellos que no la han podido oír.
El cese de actividades por el que se vio afectado el ISER, no fue más que el reclamo al derecho laboral que cada uno tenemos como empleados. El derecho a cobrar un salario digno, una remuneración acorde a las actividades ejercidas y el tiempo implementado para llevarlas a cabo.
Muchos, por no decir todos, de los que son profesores en la institución aman la materia que imparten, aman el conocimiento del cual son portadores y están ávidos de compartirlo; pero aquello, no les quita el derecho de recibir una correcta remuneración de la actividad que llevan a cabo.  La vida que llevamos, no nos permite regalar nuestro tiempo y nos obliga a tener más de un trabajo para poder suplir con las necesidades básicas del día a día.
Cada vez que tuvimos que dejar la tiza para acercarnos al ministerio pensamos en los alumnos que se quedaron sin clases, pero está también es una manera de enseñar. De enseñarles a ejercer sus derechos, de mostrarles como la vida no solo pasa entre tinta y papel. Y que a pesar de las deplorables condiciones en las que nos encontramos, referentes al salario recibido, hacemos todo lo posible porque cada de una de sus clases les deje algo.
Somos profesores de aula, nos enseñaron con un pizarrón y eternas horas postrados en un pupitre. Cuando terminamos la carrera nadie vino y nos regalo el trabajo, por el cual hoy llevamos adelante nuestro hogar. Nada en la vida es un obsequio, más que la vida misma. Y para que esta valga la pena, hay que luchar por defenderla, hay que arremangarse y luchar incansablemente por llegar a la meta.
Es lamentable que se hayan perdido días de clase, es triste ver la deserción, en el alumnado, que esto provoco. Pero es meritorio hacerles saber, que a vivir se aprende viviendo, luchando y avanzando.
Evitemos la mediocridad en nuestras vidas, para que esta, no llegue a nuestras aulas.

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