Me siento bajo la lluvia y tratando de dejar la mente en blanco, me invaden un sin fin de pensamientos. Tanto buenos como malos, se atropellan tratando de ser el primero en ser valorado.
En la comisura de mis labios siento un suspiro atrapado y en mi lagrimal izquierdo, un gota cargada de recuerdos urge por salir.
Cierro los ojos y miro sin mirar, acaricio mi alma sin moverme y me consuelo sin decir una palabra.
A pasado el tiempo, ya deje de ser una niña y también podría decirse que tampoco soy una adolescente, quizás podría decir que ya soy una joven adulta, enfrentando mi vida como una mujer madura.
Tantos recuerdos, tanto tiempo ha pasado y me pregunto, sin abrir los ojos, mirando a mi alrededor, ¿Que me queda?.
Nostalgia por risas sin causas, por tardes sin preocupaciones, mañanas y días completos sin obligaciones.
Amores de días que llegaban y robaban sonrisas, pidiendo a cambio mucho más de lo que alguna vez fui capaz de dar. Amores que jamás fueron suficientes, que solo quedaron en el registro de la memoria.
Amigos de momentos felices, enemigos de instantes de furia, conocidos que nunca llegue a conocer. Todo formando parte de un pasado no tan lejano.
Mi suspiro intenta escapar, dándole fuerzas a esa lagrima mezquina que no pide permiso.
Comienzo a ordenar los recuerdos, comienzo a mirar hacia atrás, plantada en un presente que jamás proyecte, imaginando un futuro amorfo que se esconde detrás de las sombras.
Temo abrir los ojos, temo ver mi realidad, tiemblo al darme cuenta que el frío comienza a calarme los huesos.
Me da miedo abrir los ojos y ver a mi alrededor, aunque lo que realmente me da miedo es abrirlos y no ver.
No ver a nadie y sentirme tan sola como me encuentro al cerrar los ojos y encerrarme en los recuerdos.
Con la punta de los dedos rozo mi realidad y el vacío me invade.
Dejo escapar mi suspiro, permito resbalar esa lagrima presurosa que me avisa que no es una sensación mi soledad, que me muestra como llega a mi suspiro y nadie la detiene.
Me dejo ir entre lagrimas y suspiros; Y extraño.
Extraño el calor humano, un te extraño de algún "extraño", un te quiero de algún amor que me robe las sonrisas.
Extraño tener a mi lado alguien a quien extrañar.
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